Grados: ¿Qué son y cuál es nuestra perspectiva al respecto?
- Hortensia Cabrera
- 25 feb
- 5 Min. de lectura
Los Duanwei constituyen un sistema de grados empleado en las artes marciales chinas, tanto tradicionales como modernas. Este sistema fue establecido en 1956 con el objetivo de estandarizar y evaluar el nivel de habilidad de los practicantes de dichas artes.
El término Duanwei, en términos prácticos, se refiere a la etapa que un practicante alcanza al cumplir con ciertos criterios y períodos de tiempo dedicados a la práctica del Wushu.
El sistema de Duanwei incluye tres niveles, cada uno con un conjunto específico de requisitos y habilidades, que se organizan en nueve Duan, desde el 1er Duan hasta el 9no Duan, en una jerarquía ascendente. A través de este sistema de clasificación bien estructurado, se formaliza la aptitud de aquellos que están capacitados para enseñar o que merecen ser reconocidos como maestros.
Fuentes:
Federación China de Wushu (Zhongguo Wushu Xiehui)
Ministerio de Educación de la República Popular China (Zhongguo Jiaoyu Bu)
En nuestra Organización y Escuelas
El uso de grados no es una prioridad ni un aspecto relevante para nosotros; hemos decidido optar de todos modos por la homologación para garantizar el cumplimiento de este requisito en Chile y así poder operar legalmente.
Quedando del siguiente modo:
Para los niveles básicos o previos, se dividen en tres categorías:
Primer nivel: principiantes, compuesto por tres etapas.
Segundo nivel: intermedios, también con tres etapas.
Tercer nivel: avanzados, que incluye tres etapas.
Para los Duan, se clasifican en tres categorías:
Primer Duan: Proporciona asistencia bajo la supervisión de un instructor o maestro, de acuerdo con la especialidad correspondiente a este nivel.
Segundo y Tercer Duan: Cuentan con la capacidad de enseñar alguna de las especialidades en las que han sido formados.
Cuarto y Quinto Duan: Actúan como referentes técnicos y teóricos. Además, pueden representar excepcionalmente algún estilo externo que no se ofrece en esta organización, respaldados por la tutela administrativa.
Sexto Duan en adelante: Reservados para representantes
Nuestra perspectiva
Los grados en las artes marciales no solo reflejan destrezas y conocimientos técnicos, sino que también simbolizan el crecimiento personal, la ética y los valores de quienes los practican. A continuación, se presenta una profunda reflexión sobre su significado y su conexión con la vida y la sociedad.
En primer lugar, los grados en las artes marciales cultivan un sentido de disciplina y perseverancia. Cada etapa representa no solo el dominio de técnicas específicas, sino también la dedicación y el esfuerzo constante del practicante. Esta entrega se manifiesta en la vida cotidiana, ayudando a forjar hábitos positivos y una sólida ética de trabajo.
Además, los valores inculcados a lo largo del camino, como el respeto, la humildad y la responsabilidad, son esenciales tanto dentro como fuera del lugar donde se realice la clase. Estos principios no solo enriquecen las relaciones interpersonales, sino que también promueven una sociedad más respetuosa y colaborativa. Por otro lado, el avance en las artes marciales es un recordatorio de que el aprendizaje es un viaje interminable. Cada meta alcanzada es un escalón hacia un entendimiento más profundo, no solo de las técnicas, sino también de uno mismo. Esta mentalidad de crecimiento resulta vital en todos los ámbitos de la vida, fomentando la adaptabilidad y la resiliencia ante los desafíos.
la practica de las artes marciales instan a compartir este camino con otros, se forjan lazos profundos y un sentido de pertenencia que enriquecen la experiencia y fortalecen el tejido social. En conjunto, las artes marciales no solo moldean guerreros hábiles, sino individuos íntegros que aportan de manera positiva a su entorno.
Contenido
Disciplina y Perseverancia: Ascender en grados requiere dedicación y ética de trabajo, promoviendo disciplina aplicable en diversas áreas de la vida.
Respeto y Humildad: Los grados reflejan el dominio técnico y el respeto por las enseñanzas, fomentando relaciones armoniosas en la vida cotidiana.
Ética y Valores: La obtención de grados promueve valores como la honestidad y la integridad, resaltando la importancia de vivir éticamente.
Superación Personal: Cada grado simboliza crecimiento y resiliencia, inspirando confianza y motivación en otros.
Contribución a la Sociedad: Los practicantes se convierten en modelos a seguir, impactando positivamente su comunidad al vivir según principios éticos y justos.
Desarrollo técnico: cumplir con el programa de acuerdo con el nivel y las exigencias requeridas, cumpliendo con los parámetros mínimos y máximos que deben ser presentados ante compañeros de practica e instructores.
Las artes marciales, con sus diversas especialidades y disciplinas, tienen múltiples orígenes y se basan en diferentes fundamentos. Los maestros, representantes y exponentes de estas tradiciones son los guardianes de la cultura de las artes marciales, quienes rescatando y difundiendo su esencia. A través de su enseñanza, no solo comparten técnicas de combate, sino también la filosofía y los valores que las sustentan. Estos maestros actúan como puentes entre el pasado y el presente, preservando la esencia de las artes marciales mientras las adaptan a la modernidad.
El respeto por el linaje y la tradición es un elemento esencial en la práctica, donde cada estilo narra su propia historia, reflejando las influencias culturales de sus lugares de origen. Desde el karate japonés hasta el kung fu chino, pasando por el taekwondo coreano y otras artes marciales asiáticas, cada una de ellas ofrece una perspectiva única sobre el camino que elige recorrer un practicante de manera consciente.
Así, las artes marciales se transforman en un lenguaje universal que trasciende fronteras, uniendo a personas de distintos orígenes con un mismo propósito: el desarrollo personal y la búsqueda de la excelencia. Este intercambio cultural enriquece la práctica, permitiendo a los practicantes aprender y crecer a través de la diversidad de enfoques y técnicas.
Por lo tanto, las artes marciales no son solo un medio para la autodefensa, una forma de mejorar la salud o una vía para la competencia, sino también una poderosa herramienta para el autodescubrimiento y la transformación personal. Al integrar sus enseñanzas, los practicantes logran un equilibrio entre cuerpo y mente, cultivando una vida más plena y significativa.
Quisiera dejarles una cita del célebre filósofo Ralph Waldo Emerson, que refleja el espíritu de cerrar ciclos y abrirse a nuevos retos:
"Lo que hay detrás de nosotros y lo que hay delante de nosotros son cosas insignificantes comparadas con lo que hay dentro de nosotros."
Esta frase nos recuerda que, al cerrar un capítulo y comenzar otro, llevamos con nosotros el aprendizaje y la fortaleza interna que nos permite afrontar y superar cualquier desafío futuro.
Finalmente los grados en artes marciales representan más que habilidad técnica; simbolizan el desarrollo integral del individuo. Fomentan disciplina, respeto, ética y crecimiento personal, contribuyendo a una sociedad más saludable. Cada nivel alcanzado refleja esfuerzo y dedicación, aplicando lecciones adquiridas en el lugar de práctica a la vida diaria, promoviendo autoconfianza y resiliencia. Además, enseñan humildad y empatía, destacando que el verdadero poder radica en nuestra voluntad, espíritu y la superación personal. Practicar artes marciales implica aspirar a ser mejores luchadores, pero sobre todo, mejores seres humanos.
Lao Tse, el filósofo que fundó el taoísmo, nos enseña sobre la fluidez y la constante transformación de la vida. Una de sus citas más célebres es: "Un viaje de mil millas comienza con un solo paso."
Entendemos la importancia de cada pequeño avance en el extenso camino de la vida, recordándonos que cada etapa que completamos es esencial para avanzar hacia nuevas experiencias y desafíos. Lao Tse nos anima a aceptar el cambio y a comprender que cada final es, en realidad, un nuevo comienzo, una nueva página que escribir en nuestra propia historia.
Nuestra mirada frente al cumplimiento de etapas la vemos como un proceso natural y continuo de evolución y crecimiento. La sabiduría taoísta nos aconseja no aferrarnos al pasado ni preocuparnos por el futuro, sino vivir el presente de manera plena. Cada grado o etapa alcanzada representa una oportunidad para aprender, adaptarnos y avanzar hacia un nuevo capítulo en nuestra vida, con una mentalidad abierta y un espíritu resiliente.
Hortensia Cabrera Maldonado

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